En otras palabras, recopilar periódicamente de una cantidad representativa de contenido y analizarlo para entender sus fortalezas, debilidades y establecer mejoras en el proceso de desarrollo de las historias.
Una auditoria no tiene por qué ser algo complicado, demorar mucho o ocupar un gran número de recursos. La recomendación es comenzar simple y ampliar el alcance conforme se vayan viendo resultados.
En esta entrega de Hablemos Editorial, te explicamos cómo crear esta especie de barómetro que ayuda a entender lo que hacemos día a día y a optimizar nuestro producto de múltiples maneras.
Esta frase del matemático británico de principios del siglo 20, William Thomson Kelvin, resulta ser muy vigente. Y es que muchas veces nos enfrascamos en producir para el dia a dia y perdemos perspectiva de lo que pudiéramos hacer para lograr mayor rendimiento.
Trabajamos con la mejor intención, siguiendo procesos y contando con que hemos llevado a cabo todo lo requerido. Pero, la realidad es que como humanos, se nos pueden escapar detalles, obviarlos por la prisa (con la idea de regresar a completarlo, lo que rara vez se logra) o simplemente no nos percatamos de que hay importantes fallas en lo que estamos publicando.
Es por esto que muchas empresas que generan contenido, han establecido procesos de auditoría que toman muestras aleatorias del contenido y las analizan según unos criterios específicos.
Este ejercicio se puede enfocar en muchos aspectos. Ya sea para comprobar que se están utilizando los etiquetados de SEO adecuadamente, que se ha adoptado el manual de estilo de forma uniforme, saber, si en nuestras entrevistas y reportajes se está dando una participación equitativa a todos los sectores de la comunidad o si hay consistencia entre lo que publicamos y el público al cual queremos llegar.
Una auditoria de contenido no requiere de herramientas complicadas. Se puede emplear una hoja de cálculo de Excel, un formulario de Google Forms o herramientas como Trello o Miro.
Lo primordial es tener un objetivo muy claro como por ejemplo:
Otro aspecto necesario es saber de antemano qué criterios se estarán examinando. Mientras menos criterios, más sencilla será la auditoría y más posibilidades habrá de que se complete con éxito.
Por ejemplo, si estamos auditando la longitud de las notas, la hoja de cálculo podría lucir como ésta a continuación:
Sobre todo, si es la primera vez que se implementa un esfuerzo como este, vale la pena simplificar, de modo que se pueda concluir rápido y mostrar resultados tangibles. Esto, a su vez, hará que más personas comprendan el valor del ejercicio, entenderán el proceso, y se involucrarán más en una futura ocasión.
Se puede trabajar con personal de la sala de redacción, con personas designadas de otros departamentos, estudiantes universitarios, o contratar a una empresa de consultoría.
La clave es crear un plan de trabajo que establezca quién o quienes lo harán, cuántas horas diarias o semanales tendrá para hacerlo, cuándo se concluirá, de qué tamaño será la muestra y de qué periodo de tiempo se tomará.
Por ejemplo, 4 horas semanales por 4 semanas, con un mínimo de 50 y un máximo de 100 URL´s en los pasados 3 meses.
Si hay más de una persona llevando a cabo esta labor, debe existir una forma de evitar que se dupliquen esfuerzos, como por ejemplo, asignar diferentes secciones a cada individuo.
Si se trata de personal de redacción, se recomienda que se bloqueen sus agendas y se presente a toda la redacción, y a quienes le supervisan la importancia de esta gestión y el plan de trabajo estimado, de modo que puedan apoyarles no ocupándoles en los horarios designados.
Luego de la junta de lanzamiento, donde se explica la mecánica del proyecto al equipo, se recomienda tener una junta de calibración a los pocos días de iniciado el proceso. La idea es validar que la recolección de información se está llevando a cabo de la manera esperada y determinar si hay algún criterio de sumar, eliminar o ajustar.
Una vez se culmina el proceso de recolección de data, deben llevarse a cabo una serie de conversaciones para analizar los hallazgos y decidir cuáles serán los próximos pasos. Se recomienda, además, crear un resumen ejecutivo con los puntos sobresalientes, que informe sobre las conclusiones, próximos pasos y cronograma de optimización. Recordemos compartir esta información con otras divisiones, como por ejemplo, la comercial, o cualquier otra que se pueda nutrir de esos datos.
Una vez el equipo de trabajo se familiariza con el proceso y confía en que este ofrece resultados, estas auditorías se pueden ir elaborando y llevando a cabo de forma periódica, por ejemplo, de tres a seis meses.
Ejemplo de auditorías sobre Diversidad, Equidad e Inclusión.
Cómo llevar a cabo una auditoría de SEO
Guía para hacer auditorías de contenido
Auditoria de Diversidad Philadelphia Inquirer
Auditoria de fuentes, Nieman Lab
Auditoría interna Wall Street Journal
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